Te damos las claves para que no tengas estrés cuando vayas a examinarte
Detéctalo, contrólalo y aprobarás… Lo que tienes se llama Ansiedad de Ejecución
A pesar de haber ido a clase, haber hecho los trabajos previos y estudiado… llega el día del examen y justo antes de empezar, te empiezan a temblar o a sudar las manos, sientes un nudo en la garganta, tienes la boca seca, te late el corazón a toda prisa, te dan molestias gastro-intestinales o dolor de cabeza, y si… te quedas en blanco.
Detéctalo
Si estos síntomas te suenan que sepas que no te ocurre nada raro. Simplemente, sufres un tipo de ansiedad que los expertos llaman “ansiedad de ejecución”. Esto les ocurre a las personas a las que les importa mucho el rendimiento o la correcta ejecución de una tarea o existe una gran presión por hacer las cosas bien. Esta ansiedad es una reacción ante la anticipación de algo estresante, y afecta tanto al cuerpo como a la mente. Todas estas reacciones se deben a que el cuerpo libera una hormona denominada adrenalina “diseñada” para que el cuerpo reaccione ante el peligro.
Pero ¡no te agobies! No eres un bicho raro por reaccionar así. Les pasa a muchos actores antes de que se suba el telón, o músicos antes de empezar un concierto, e incluso altos ejecutivos antes de hacer una importante presentación ante sus trabajadores o una entrevista de trabajo.
Contrólalo
Seguro que has visto miles de videos de YouTube y TikToks hablando del famoso mantra de Silicon Valley “Fake it until you make it”. Bueno, pues aquí se trata un poco de eso. Lógicamente, tenemos que partir de la base que has estudiado y que te lo has currado. Si no lo has hecho, no es que te hayas quedado en blanco, es que, básicamente, no tienes ni idea…
Pero si has estudiado, ya sea de una manera organizada y constante (lo ideal) o en plan atracón (no recomendable), y tienes los síntomas descritos, llegando al examen con pensamientos negativos tipo “¿Y si me quedo en blanco?” o “¿y si el examen es demasiado difícil?” o tienes reacciones corporales y te planteas escenarios como “¿y si vomito? o “oooohhh, noooo, me tiemblan las manos” … Es que sufres ansiedad de ejecución.
Recuerda que si piensas cosas malas y partes de pensamientos negativos, entrarás en un círculo vicioso, y entonces tus reacciones corporales se intensificarán y las ideas malas también aumentarán. Así que aquí van unos cuantos consejos:
- Adopta una posición corporal de seguridad. Aunque por dentro estés temblando y asustado o asustada, haz lo siguiente: cabeza alta, postura de fuerza. Nada de cruzar las piernas o brazos, encorvarte y/o hacerte pequeño o pequeña en tu silla. Has estudiado, ¡tú vales!, así que ¡¡¡a por todas!!!
- Pensamientos positivos: sustituye los negativos de “qué horror” “qué nervios” “no voy a poder” etc. por frases como “He estudiado y me lo sé” “lo voy a hacer lo mejor que pueda”. En fin ya sabes… Just do it!
- Respira conscientemente: también habrás visto muchos vídeos y consejos sobre la importancia de la respiración consciente. Y es que no es solo una moda… ¡Funciona! Haz una serie de respiraciones (hay muchas maneras: abdominal – hinchar la tripa con cada inspiración profunda y luego vaciarte por completo -, de retención- 4 in y 8 out, etc.). No hace falta hacer ruidos tremendos ni que lo note todo el mundo… En cuanto empieces a hacer esto y te concentres solo en tu respiración, tu mente dejará de centrarse en el estrés que sientes y tu cuerpo aprenderá a ver estos ejercicios como una señal para relajarse
- Acepta tus errores y relativiza: si no sale bien, no es el fin del mundo. De todo se aprende y todo el mundo comete errores. De hecho, es la única manera de aprender 😉. Lo dicho: aprender a tolerar los errores sin importancia es una facultad muy valiosa.
- Mens sana in corpore sano: importante todo el año, pero en época de exámenes más: come de forma saludable, haz ejercicio físico: algo aeróbico, preferiblemente a primera hora de la mañana y una rutina más relajante, tipo yoga o pilates, antes de irte a dormir, y eso… duerme al menos 8 horas.
- Pide ayuda: aunque cierta dosis de ansiedad ante los exámenes puede ser positiva, una dosis excesiva no te conviene. Si todas estas técnicas no te funcionan (nunca lo harán de la noche a la mañana, así que ten paciencia) no dudes en pedir ayuda. Tu profe, tu tutor o los profesionales de psicología (en sesiones presenciales u online*) pueden ser importantes fuentes de información, a quienes puedes acudir si sueles padecer ansiedad ante los exámenes.